Todo es evolución universal. Fuente Pixabay
A donde nos lleve la evolución psíquica nos seguirá la evolución física, porque en la vida primero se evoluciona psíquicamente para también poder evolucionar físicamente.
La evolución psíquica nos llevará a desarrollar cada vez más las memorias psíquicas, ya que constantemente las estamos ejercitando. Podría ser que dentro de unos doscientos años habremos evolucionado tanto que, tal vez, podremos memorizar con facilidad unos 30 o 40 idiomas; y quizás dentro de cuatrocientos años nuestras memorias estarán tan desarrolladas que podremos aprender con facilidad 300 o 400 idiomas. La evolución nos obliga a desarrollar cada vez más las memorias.
Todo el Universo es absolutamente dinámico, el cual se mueve de manera permanente en una única dirección expansiva, por eso todo el Universo tiene que ser un orden dinámico expansivo. Gracias a ello, se ha creado un espacio-tiempo en el que el tiempo es una medida que mide el transcurrir dinámico del propio espacio-tiempo.
El tiempo es como unas matemáticas, es el orden matemático del dinamismo del espacio-tiempo, espacio formado por todo el espacio intergaláctico. En el resto del Universo no existe el tiempo porque no es espacio-tiempo, aunque absolutamente todo el Universo forme parte de la misma expansión universal.
El espacio-tiempo es donde todas sus existencias, que son adquiridas de la expansión universal, están transformadas por las estrellas en existencias atractivas. Gracias a ello, las existencias del espacio-tiempo se pueden formar en existencias compuestas y así poder componer un orden evolutivo llamado tiempo.
En el resto del Universo que no es espacio-tiempo, las existencias son repulsivas, repulsiones que no permiten que las existencias se atraigan entre sí. Por eso, en el espacio que no es espacio-tiempo, no se pueden formar las existencias compuestas.
Seguramente este espacio es el espacio oscuro.
La existencia está predestinada a ser lo que el orden o tiempo dinámico imponga. La vida evoluciona siguiendo un orden; ese orden dentro de su orden nos ofrece infinidades de caminos donde escoger sin que podamos perder el orden impuesto en el espacio-tiempo. Es como si el orden universal fuese el plano de una ciudad, y nosotros pudiésemos escoger libremente el camino que quisiésemos; pero respetando el orden o los caminos de la ciudad. Lógicamente podríamos escoger muchos caminos; pero no podríamos escoger caminos imposibles.
La vida nos ofrece infinidades de caminos dónde escoger, repartidos en infinidades de caminos. Por eso, nuestro libe albedrío nos obliga a escoger los caminos que nos marca el orden que somos, y por mucho albedrío que tengamos no podemos elegir en lo que no nos pertenece elegir.
Un desorden universal sería un caos, en donde no podría existir la expansión, y mucho menos el tiempo. Un desorden universal descompondría en un instante todo el Universo.
Por lo tanto, el desorden universal no existe en el universo, a no ser que quizás exista aisladamente, y si existe así, no se podría mantener mucho tiempo como desorden. Un desorden universal no permitiría que existiese la existencia que existe en el espacio-tiempo; la cual solo puede existir como orden evolutivo llamado tiempo. En un desorden total universal todo en sí se desordenaría instantáneamente; toda la masa universal se descompondría de manera instantánea, sumiéndose todo en la quietud de la nada, porque desorden universal es destrucción universal, es la quietud de la nada que destruye el dinamismo de la existencia.
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Autor: Salvador Sánchez Melgar
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