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El lenguaje de la inteligencia artificial y la matemática de letras

  El lenguaje de la inteligencia artificial y la matemática de letras (THE LANGUAGE OF ARTIFICIAL INTELLIGENCE AND THE MATHEMATICS OF LETTERS) (Artículo publicado en el blog "Evolucioninteligentesinfin.com" el 5 de septiembre 2023) Publicado en SSRN (Elsevier) en Scholar academic en acceso abierto el 5 abril 2023 Salvador Sánchez-Melgar sanchezmelgar43@gmail.com RESUMEN Presentación de una matemática de letras y de un lenguaje de letras que le permitirá a una inteligencia artificial aprender sin fin y poder pensar como pensamos nosotros. Con las letras numeradas  las informaciones que una inteligencia artificial obtenga con sus sentidos artificiales no perderán sus significados,  puesto que mediante estas letras numeradas las informaciones se podrán transformar en palabras numeradas. De esta manera, cada  información que una inteligencia artificial obtenga, la podrá transformar en números binarios, luego en números ordinarios de las letras numeradas, pudiendo así f...

El bien con el bien y el mal con el mal se pagan



El bien con el bien y el mal con el mal se pagan: Imagen de un buda en cuclillas meditando entre muchos rayos de luces
         En la meditación también está el bien y el mal: Fuente Pixabay




Dios es la matemática universal que hace que todo funcione como matemática. En el que el bien y el mal representan bases matemáticas vivientes opuestas entre sí.

Las variantes matemáticas entre el bien y el mal son escalas matemáticas necesarias para que evolucione la vida. La evolución viviente es una evolución matemática.

La matemática universal está en todo, ya que todo es matemáticas y todo se hizo como matemáticas. Y se hizo así porque el universo se creó con orden.

Desde la creación cósmica, el cosmos se expande sin fin de una manera muy uniforme, expandiéndose en una misma dirección expansiva a un mismo ritmo dinámico, y eso es expandirse con orden matemático.

Es posible que sea así porque el universo se originó de la nada como movimiento y continuamente, de la nada, siguen naciendo nuevos movimientos, los cuales nacen semejantes entre sí, eso es nacer con orden matemático.

Las existencias matemáticas más pequeñas son semejantes entre sí. Y aunque sean iguales, son independientes unas de otras, poseyendo cada una su lugar e identidad propia. Una forma de existir con sincronía dinámica.


La matemática universal plena justicia

No hace falta que exista Dios para que exista todo. La propia creación universal es el propio Dios. Una creación que surgió de la nada y que no puede evitar multiplicar su creación en cada vez más de lo mismo.

Una inevitable creación matemática sin fin, cuyo orden matemático creó el espacio-tiempo. Y en él se creó a su tiempo la evolución, la jerarquía de almas, la jerarquía con su jerarquía viviente y todo lo demás; creándose con ello un orden matemático especial y una justicia matemática. Que es la mejor porque no existe otra y todo está adaptado a esta justicia.

El bien y el mal, Dios y la justicia no podrían existir sin la vida. Al crearse la vida y su evolución viviente, se creó todo eso. Sin la evolución viviente no tendría sentido nada, no existiría Dios, ni la justicia, ni el bien ni el mal porque no existiría nadie que lo corroborara. Todo sería lo que es, una expansión universal producto de la nada, expansión que se multiplica expansivamente sin cesar porque lo hace en la nada, la cual no limita nada porque la nada no existe.

La propia matemática universal es Dios. Una matemática es lo más justo que existe. La creación universal es un orden matemático que obliga a que todo se ajuste a ese orden. Esa es la matemática más justa que existe para que todo funcione con la justicia evolutiva que impone el orden universal. ¿Qué mejor dios que ese?

Gracias a esa permanente y sincronizada expansión cósmica, todo pudo ser matemáticas. Unas matemáticas de sumas y multiplicaciones naturales, ya que en el universo no existe una persona que multiplique, divida o haga cualquier otra operación matemática para que se realice el cosmos. Las operaciones matemáticas del universo para su propia creación sin fin las puede realizar de manera natural, ya que todo el universo es matemáticas.

Las existencias se mezclan, debido al permanente y sincronizado movimiento expansivo, mezclas que son sumas o multiplicaciones de existencias, empezando por las existencias dinámicas más pequeñas posibles.

Siempre que las existencias universales se mezclen con orden, podrá existir una matemática universal. Y siempre y cuando el movimiento expansivo las conduzca de manera permanente con sincronía dinámica. Eso se produce sobre todo en las existencias dinámicas más pequeñas posibles.


La vida es matemática inteligente

La matemática universal no cesa de crear existencia de manera matemática, eso obliga a que todo evolucione lo mejor posible y lo máximo posible, lo que significa evolucionar hacia la máxima y mejor inteligencia posible a través del surgimiento matemático de la vida.

Por eso surgió el orden viviente, que es el único medio posible en el que se puede evolucionar como inteligencia, que es evolucionar sin cesar lo máximo y lo mejor posible.

Con el orden viviente se puede evolucionar sin fin gracias a que es una jerarquía (o llámese orden o matemática) en la que en nuestro planeta existe una especie viviente como la humana que encabeza esa evolución.


El alma es matemática inteligente basada en la información

La matemática universal, matemáticamente, creó las estrellas y los lugares planetarios para que la vida pudiese surgir y subsistir.

Gracias a que todo es matemáticas, la matemática universal posibilitó que surgiese una jerarquía de existencias hechas de información con la posibilidad de que evolucionen como cúmulos de información.

Al crearse el espacio-tiempo, en este espacio surgieron especies de almas formadas de cúmulos de información. Y eran almas porque no cesaban de evolucionar como información ordenada. Ya que todo en este espacio tiene que evolucionar sin cesar de la mejor manera posible y lo máximo posible, porque todo está sujeto a un orden matemático.

Dentro de esas jerarquías de almas, unas evolucionarán más que otras. Lógicamente, las más evolucionadas serán las destinadas a evolucionar como orden viviente. Gracias al orden matemático universal, no es raro que en el espacio-tiempo puedan surgir cúmulos de información ordenada. Especies de almas, que mediante la información, serán capaces de evolucionar de forma inteligente. Todas las almas unidas evolutivamente son capaces de formar una base evolutiva material y viviente. En la que las asociaciones de almas más evolutivas serán las más inteligentes, pudiendo formar una evolución viviente que evolucione sin fin.


Justicia matemática

Al existir una matemática universal, que está en todo y lo crea todo, lógicamente, habrá en todo una justicia matemática. O sea, una matemática pura que evolutivamente pueda organizarlo todo con justicia matemática. Unas matemáticas en que tanto el bien como el mal forman parte de la matemática del espacio-tiempo. Ya que sin el bien ni el mal no se podría evolucionar como vida, y evolucionar también es matemática. Por eso, evolucionar como vida es poder continuar evolucionando como matemática. El bien podría representar la justicia y el mal la injusticia, teniendo en cuenta que matemáticamente, según qué bien y qué mal, pueden producir tanto justicias como injusticias.

Dando como cierto que todo en el universo sea matemática, sería lógico pensar que en la vida y en sus almas también exista una evolución matemática. Que además evoluciona con una justicia matemática entre el bien y el mal. Justicia que, en los humanos, se ha hecho más evolutiva, puesto que somos la existencia más evolutiva. Por tanto, el bien y el mal forman parte de nuestros sentimientos y de nuestra inteligencia.


El bien y el mal existen como matemática evolutiva

Al existir las almas, el bien y el mal forman parte de la evolución matemática inteligente que nos guía en nuestro camino evolutivo. En el que, de forma matemática, el bien con el bien y el mal con el mal se pagan. ¿Y cómo se paga? En la misma vivencia, o a través de otras que nos permitan matemáticamente evolucionar más.

El bien y el mal y sus grados evolutivos forman matemáticamente parte de nuestras vidas, de nuestras inteligencias y de nuestras almas. Y no es nada difícil para la matemática universal organizar con orden unas matemáticas que estén en todo, porque todo forma parte de la misma matemática.

Así que, lógicamente, el que hace un mal o un bien tendrá como recompensa matemática ese bien o ese mal efectuado. No se recompensará al instante, sino cuando la matemática universal lo tenga que hacer. Ya que eso nos hará evolucionar más, que es evolucionar hacia una mayor justicia matemática.

La matemática universal no es un Dios, es un producto matemático que actúa como si fuese un Dios. Matemática que se ha adaptado a todo lo que ha creado, a que todo funcione con su matemática. Y como todo está adaptado a ello, todo tendrá su parte par e impar, su lado positivo y su lado negativo. De esas evoluciones y sus derivaciones han surgido otras y otras, y así sucesivamente, como el mal y el bien y sus grados de bondades o de maldades. Todo posee sus grados, lo blanco y lo negro, lo grande y lo pequeño, lo estrecho y lo ancho, etc.

La matemática universal no es Dios, pero es como Dios, en el que con su matemática hace que exista una perfecta justicia matemática que es la mejor que hay. Gracias a esta justicia matemática, el mal con el mal y el bien con el bien se paga, de la única forma que se puede pagar, matemáticamente.

Es la propia matemática la que nos juzgará con su propia matemática, porque repito: La matemática universal es lo más justo que hay. No existe nada más justo y perfecto que unas matemáticas bien realizadas. Y como todo es matemática y se realiza de forma matemática, no puede ser que alguien haga un mal o un bien y no reciba una respuesta matemática justa.

Todo matemáticamente se cumple, aunque se tarde mucho tiempo en cumplirse, pues el tiempo también pertenece a la matemática universal. Todo lo que pensamos y hacemos y todo lo que sucede en los demás es matemáticas. Por tanto, siempre recibiremos respuestas matemáticas aunque no nos lo parezca. Puede que no nos dé tiempo a recibirla en una vida, pero la matemática universal no se olvida. Matemáticamente, recibiremos una respuesta en esta vida o en otra, porque todo matemáticamente se debe cumplir.





Autor: Salvador Sánchez Melgar
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