Alma

 

también tiene alma. Fuente Pixabay


Sobre el alma 

El alma pertenece a una jerarquía de almas, jerarquía enlazada a la jerarquía psíquica viviente y a su vez a la jerarquía universal porque el universo es una jerarquía universal.

Las almas han evolucionado en almas gracias a que surgieron como evolución jerárquica de la evolución jerárquica psíquica viviente; jerarquía que a su vez surgió del orden evolutivo universal gracias a que todo en el universo evoluciona constantemente como orden.

Esa tendencia evolutiva a evolucionar jerárquicamente sin fin que posee todo el universo ha posibilitado, en todos los lugares universales posibles, el surgimiento jerárquico evolutivo viviente, el cual únicamente podía surgir en los lugares planetarios adecuados para que la vida pueda subsistir, y si no existiesen esos lugares, la propia evolución jerárquica universal no tendría más remedio que crearlos. 

Todo lo que se crea se crea conforme a la inevitable tendencia evolutiva  sin fin que posee la constante evolución sin fin del orden evolutivo universal.  

Al principio, la jerarquía viviente surgiría de la manera más microscópicamente pequeña posible; y como es lógico, surgiría evolucionando  en la materia más apropiada, que supongo que sería la materia acuosa.

Para poder evolucionar jerárquicamente sin fin como vida, se debía evolucionar  mediante individualidades vivientes sin dejar de pertenecer a la jerarquía viviente. Y eso solo se pudo conseguir psíquica energéticamente mediante la creación de la jerarquía de almas. La jerarquía viviente es  un compuesto jerárquico de individualidades, ya que no se puede ser una jerarquía sin ser un compuesto de individualidades. Y para poder evolucionar físicamente en la materia como jerarquía viviente se debe de evolucionar mediante individualidades psíquicas y físicas sin dejar de pertenecer a la jerarquía universal a la que se pertenece, y pertenecer a su vez a la jerarquía de almas universal.

Pero evolucionar así, individualmente como vida, no era posible sin poseer decisión propia, sin poder desarrollar un físico y un psiquismo, sin poseer un yo psíquico y físico propio, sin tener un psiquismo enlazado a la jerarquía viviente y a su vez al orden universal y a la jerarquía universal de almas. 

¿Cómo evolucionaría el orden evolutivo hacia la evolución viviente?

La evolución viviente debería surgir en la materia acuosa adecuada, en un lugar planetario adecuado y de una forma microscópica adecuada manteniendo siempre esa inevitable tendencia jerárquica a la evolución sin fin que posee todo lo que existe.

Esa jerarquía evolutiva viviente con tendencia a evolucionar sin fin como orden viviente, para poder evolucionar así debería evolucionar física y psíquica de forma individual sin dejar de pertenecer a una misma jerarquía porque era la mejor forma de poder evolucionar puesto que toda jerarquía es un compuesto de individualidades que sólo puede evolucionar como jerarquía mediante la evolución de individualidades. Y debería evolucionar en la materia buscando siempre la manera más accesible de evolucionar que sería evolucionar físicamente en la materia blanda.

Una vez que dicha jerarquía viviente evolucionase física, psíquica y jerárquicamente mediante individualidades, no tendría más remedio que adquirir cada individualidad su correspondiente decisión propia para poder así, cada una, continuar evolucionando con esa necesaria libertad sin dejar de pertenecer a una jerarquía;  eso permitió a cada individualidad viviente adquirir un psiquismo propio, un yo psíquico.

Al adquirir cada individualidad jerárquica viviente un yo físico y un yo psíquico propio adquirieron un enlace psíquico energético que las enlazaba con la energía jerárquica viviente y con la energía jerárquica universal, esos enlaces psíquicos se constituyeron evolutivamente en una jerarquía de almas. la cual a medida que evolucionaban los yos psíquicos vivientes evolucionaban también ellas puesto que éstas eran los propios yo psíquicos. De esta manera, a través de las almas el orden viviente podía evolucionar sin fin, ya que evolucionar sin fin es la tendencia que posee la evolución sin fin del universo, induciendo a que todo evolucione así.

Como todas las individualidades psíquicas y físicas vivientes pertenecen a una misma jerarquía viviente y universal, los yos psíquicos de las vidas no tendrían otra opción que psíquicamente enlazarse a los yos psíquicos energéticos llamados almas.

A medida que evolucionaban los yos psíquicos y físicos; evolucionaban también las almas, con lo cual la evolución viviente halló evolutivamente un medio energético mediante el cual las almas de todos los yos psíquicos pudiesen poseer siempre su yo energético sin dejar de perder como alma y como vida su puesto evolutivo jerárquico de la evolución viviente a la que pertenecían, para ello mediante las almas las vidas se reencarnarían en otras vidas. 

La jerarquía de almas, jerárquicamente,  a través de las reencarnaciones mantienen evolutivamente en el sitio jerárquico que les correspondan a cada vida, recompensando o castigando con justicia evolutiva el bien y el mal experimentado por cada vida, y se evoluciona así por el propio bien de la evolución viviente. Para que así también el orden viviente pueda evolucionar sin fin. Ya que como puede evolucionar sin fin una jerarquía viviente si no evoluciona cada vida lo mejor posible, de una forma más justa y adaptada a una cada vez mejor evolución viviente sin fin.

En el origen viviente, al adquirir cada una de las recién nacidas vidas sus individualidades psíquicas propias, desarrollaron también sus existencias físicas. Gracias a ello, evolutivamente desarrollaron el sentido de las sensaciones lo cual permitió que evolucionase aún más el árbol genealógico viviente. Con las sensaciones, poco a poco, evolutivamente, las vidas desarrollarían cada vez más sus psiquismos y sus físicos; de esa manera, evolucionó más el orden viviente creando así una gran variedad de especies vivientes.  

En esos principios evolutivos vivientes terrestres para poder evolucionar la vida de manera independiente sin desunirse de la evolución viviente en general, desarrolló el psiquismo viviente de todas las especies vivientes de manera que solamente una especie viviente fuera la que encabezara psíquicamente esa evolución, y que las demás especies vivientes se acomodaran en su escala evolutiva porque eso permitía la supervivencia del orden viviente. 

A medida que evolucionaban las vidas universales  evolucionaban sus psiquismos con lo cual evolucionaban sus almas. La jerarquía de almas universal  permitió la inmortalidad de las vidas a través de las almas, pues las vidas no podían evolucionar eternamente con su misma forma física. Y como la tendencia universal es que todo debe existir eternamente transformándose sin fin incluso la materia, esa tendencia evolutivamente también la adquirió la vida a través de las almas. 

Como la jerarquía de las almas es universal, y lleva el cosmos muchísimo tiempo evolucionando, lógicamente existirán almas muy evolucionadas, por tanto estas almas serán muy sabias y justas. 

La evolución hace que ninguna vida evolucione como ella quiere, todo es un orden y la vida que no se ajuste a ese orden no evolucionará lo suficiente, con lo cual en sus posteriores vidas ocupará el lugar evolutivo que se merezca, si ha evolucionado poco su lugar evolutivo ocupará una escala evolutiva poco evolucionada. Lo que sucede es que inevitablemente todas las vidas tienen parecidos procesos evolutivos y han experimentado experiencias parecidas, con lo cual todas las vidas acabarán evolucionando hasta llegar a ser almas muy sabias y justas. .

La evolución universal necesita lo positivo y lo negativo para evolucionar, eso se transmite a la vida  en grados de bondad y de maldad y sus correspondientes derivaciones negativas o positivas, o es que muchos se creen que el mal y el bien ha surgido así porque sí, nada surge porque si, todo es una evolución correspondiente a un orden evolutivo universal. Supongo que en un universo tan infinitamente grande deben de existir infinidades de órdenes vivientes.

Gracias a la aportación de todas las jerarquías vivientes universales a la jerarquía de almas, ésta está muy evolucionada y por eso puede actuar con aún más sabia justicia. Científicamente hoy en día no se puede demostrar que exista el alma, pero qué sentido y qué lógica tiene la vida sino pertenece a un orden o jerarquía viviente unida a la jerarquía universal mediante enlaces psíquicos. 




Licencia Creative Commons 4.0 Autor: Salvador Sánchez Melgar

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