Al estar las almas obligadas a unirse expansivamente entre sí con perfecta sincronización dinámica,  forman un universo matemático con infinidades de compuestos de pequeños y grandes grupos de almas. Composiciones que se transforman constantemente sin fin en otras composiciones de almas, a esto se le llama evolución. En esas constantes transformaciones sin fin cada alma memoriza sus propias experiencias, cuyas informaciones les permitirán poder formar parte de otras composiciones almáticas más evolutivas. 

Las almas no cesan de nacer de la nada por todas partes, saturando constantemente de existencias el cosmos, y es debido a ello que el universo se mueve y crece sin fin. Todo lo que existe en el cosmos es una saturación permanente de nacimientos de existencias almáticas más ínfimas posibles que nacen de la misma manera de la nada; por eso son semejantes entre sí, y por eso también se mueven sincronizadamente. Solo se diferencian una de otras porque cada una posee su propia identidad y por sus estados evolutivos.

El cómo surgen las almas de la nada, eso está aún por descubrir. Tienen que surgir de la nada sino de dónde van a surgir, ya que surgen como las existencias más ínfimas posibles, o sea, como las existencias más cercanas a la nada que existe. Al nacer de la nada no tienen más remedio que ser eternas; ya que no pueden dejar de existir porque dejar de existir sería volver a ser la nada y eso no puede ser porque la nada no existe. Nacen casi instantáneamente porque nacen donde no existe el tiempo, ya que el tiempo existe porque está creado por las propias saturaciones sincronizadas de las agrupaciones de almas. La sincronización matemática que permite que las almas se unan y se separen entre sí de manera sincronizada, les permite formar compuestos sincronizados de almas de muy diversos tipos. A estas transformaciones sincronizadas se les llama evolución, son transformaciones que permiten que las almas que llevan más tiempo transformándose puedan ser las más evolutivas, como es el caso de las almas vivientes.  Todas las almas juntas forman todo lo que existe, formando así la base de toda la existencia universal. 

“Aristóteles defiende la sustancialidad e inmortalidad del alma,...” (TC Martínez, RBA Libros, 2016, #)

Conforme esta matemática evolutiva universal de almas se multiplica sincronizadamente sin fin evolucionarán sin fin; las almas más evolucionadas suelen ser las más antiguas y las menos evolucionadas lógicamente serán las recién nacidas. En esa jerárquica evolución matemática universal sin fin, las almas humanas ocupan en el planeta Tierra la escala jerárquica más evolutiva. 

Gracias a la jerarquía de almas universales, en todo ese proceso evolutivo de almas cada alma nace en el lugar matemático evolutivo que le pertenece nacer para así poder continuar evolucionando conforme evoluciona el universo. Cada alma experimenta la experiencia evolutiva que le pertenece experimentar en el lugar evolutivo que le pertenece evolucionar, cuando tengan que abandonar ese lugar evolutivo volverán al lugar jerárquico evolutivo almático que les pertenezca ocupar. Luego. como almas que son, según sean sus estados evolutivos, podrán volver a experimentar otra nueva experiencia en un nuevo lugar evolutivo. Nada  ni nadie puede evolucionar por su cuenta, todo está sujeto a un proceso evolutivo. El libre albedrío está sujeto a la evolución, nada ni nadie puede poseer un libre albedrío propio que le permita evolucionar como él quiera, su libre albedrío está sujeto a los designios evolutivos. No existe la casualidad, todo evoluciona conforme tiene que evolucionar.

Cada existencia compuesta está evolutivamente compuesta de infinidades de almas que ocupan en esa existencia el lugar evolutivo que les pertenece ocupar. El cosmos es una matemática evolutiva exacta que hace que todo evolucione sincronizadamente de una manera perfecta. Cuando una existencia compuesta cumple su proceso evolutivo transformativo dejará de existir como existencia compuesta para formar evolutivamente otra composición evolutiva, y así sucesivamente sin fin sucede lo mismo con todas las existencias compuestas.  

Cuando un alma ha evolucionado lo suficiente como por ejemplo para poder pertenecer al alma que gobierna una persona, no podrá escoger nacer en la persona que quiera, nacerá como alma en la persona designada evolutivamente. Esta alma evolucionará gobernando la persona designada evolutivamente aunque esta persona esté compuesta por infinidades de almas menos evolutivas que ella;  todas las almas que forman esta persona son las designadas evolutivamente para formar parte de esta persona. El alma humana evolucionará hasta que muera el cuerpo humano que ocupa, y junto a esa alma humana también evolucionarán las almas de las que está compuesto ese cuerpo humano. Cuando ese ser humano deje de existir, cada alma de su cuerpo volverá a ocupar otro compuesto evolutivo, el que les pertenezca según sean sus designaciones evolutivas. Entonces, el alma, la conciencia, el DNI o el yo humano que gobierna una vida al morir esta vida, si no se eleva como alma que no se reencarne más, volverá a ocupar el gobierno almático de otra vida humana, según la que evolutivamente le pertenezca nacer. Puede ser que el alma de una persona haya llegado a un nivel evolutivo muy elevado,  y que por eso ya no tenga que reencarnarse más, entonces supongo que ocupará un lugar jerárquico evolutivo entre las almas evolutivas que ya no se reencarnan más.

Para que todo lo que exista pueda evolucionar, todo tiene que experimentar constantemente procesos evolutivos negativos y positivos. Y esos inevitables procesos evolutivos negativos y positivos son los que evolutivamente la vida ha necesitado experimentar para poder ser vida, experimentando las sensaciones de dolor y de placer y sus múltiples variantes.  

Las correspondientes informaciones evolutivas obtenidas  por las experimentaciones experimentadas por las almas  son las que les permiten nacer en las existencias evolutivas adecuadas. 

Desde que las almas nacen, forman parte de los compuestos evolutivos correspondientes. Gracias a las propiedades matemáticas evolutivas, todo está compuesto de individualidades evolutivas con sus propias identidades evolutivas almáticas, que muy bien se podrían llamar esencias evolutivas de la información.  

Las almas pertenecientes a los compuestos energéticos y materiales no vivientes están en un proceso evolutivo que no les permiten tener conciencia viviente propia porque todavía no han llegado a evolucionar como vida, todo les llegará a su tiempo porque todo evoluciona sin fin. Nuestras almas también sufrieron un proceso evolutivo en el que antes de ser almas vivientes fuimos almas no vivientes. A través de la evolución energética y material no viviente se formó la evolución material viviente, la cual todavía está evolucionando y evolucionará sin fin, ya que todo lo que existe pertenece a una evolución sin fin.

 “Sin embargo, es tan inconcebible un hombre sin alma como un alma sin hombre”  Cyrulnik, B. (2020). De cuerpo y alma: neuronas y afectos: la conquista del bienestar. Editorial Gedisa.

Conflicto de intereses

El autor declara que no hay conflictos de intereses

Orcid: 0000.0001.9174-2306

Referencias

TC Martínez. (RBA Libros, 2016). Acerca del alma. RBA Libros.

Cyrulnik, B. (2020). De cuerpo y alma: neuronas y afectos: la conquista del bienestar. Editorial Gedisa.

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Autor: Salvador Sánchez Melgar

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