¿Qué es el espíritu?



La evolución inteligente sin fin

El espíritu


La mayoría de las religiones han explicado lo que es el espíritu, o alma, de una manera muy acertada. Sólo que ellos atribuyen que el alma pertenece a lo divino, en éste artículo voy a tratar de demostrar que no es así y a demostrar lo que es verdaderamente el alma, que también se puede llamar espíritu.
Para explicarlo voy a empezar desde el principio: Todo en el Cosmos es movimiento dicho por importantes científicos, y es una absoluta verdad. 
Todo es movimiento, tiempo y existencia a la misma vez, porque todo lo que se mueve posee un tiempo desde que empieza a moverse hasta que acaba y todo lo que se mueve se mueve porque existe. Por tanto, dinamismo, tiempo y existencia es una absoluta unión, no una mezcla. Con lo cual forman un orden porque son la misma cosa y porque a medida que todo se mueve todo se transforma o evoluciona creando cada vez más existencia con sus dinamismos y tiempos correspondientes. Por tanto, el universo es un compuesto de esas tres cosas y tuvo que surgir mediante esas tres cosas.
Por  tanto el universo surgió como la existencia más pequeña posible ya que todo lo que nace tiene que nacer comenzando de la forma más pequeña posible. Es decir, el universo surgió como la existencia dinámica más insignificante posible y con su correspondiente tiempo más corto posible. Por eso tuvo que surgir así de la nada, ya que no podría surgir de otra existencia porque al surgir como la existencia más pequeña posible no podría surgir de otra existencia inferior, eso es imposible, por eso no hay duda de que el universo surgió de la nada.
Y como el universo para poder crecer, ya sea expansivamente o de otra forma, inevitablemente tenía que crecer gracias al nacimiento constante de esas pequeñas existencias dinámicas más pequeñas posibles; ya que lógicamente el universo tuvo que crecer para ser como es, y sólo se puede crecer como existencia, y la existencia universal sólo puede crecer gracias al nacimiento constante de nuevas existencias. Y los nacimientos de existencia únicamente pueden nacer como  existencias más pequeñas posible. Todas esa existencias dinámicas, que son las existencias dinámicas más pequeñas posibles, tienen que ser semejantes entre sí, ya que nacen como existencias dinámicas más pequeña posibles. Y como existencias dinámicas semejantes entre sí que son, se diferencian en que cada una ocupa su lugar dinámico propio que no puede ser ocupado por otra existencia, con lo cual, cada una, adquiere su propio yo.
Todo lo dicho es una verdad absoluta.  Todo es un orden y todo existe conforme a ese orden universal. Orden es jerarquía, por tanto todo es una jerarquía universal, compuesta de lo más pequeño posible  ordenadas jerárquicamente formando agrupaciones de existencias de todo tipo.
Con lo cual si todo es un orden o jerarquía, y todo se transforma o evoluciona constantemente. La jerarquía universal de lo más pequeño posible estaba a un pequeño paso de crear evolutivamente otra jerarquía, la viviente, después de un inevitable proceso evolutivo jerárquico de lo más pequeño posible en la materia blanda.
Descubrir eso es un gran logro científico. La jerarquía viviente no surgió así de la noche a la mañana, hubo un largo proceso evolutivo anterior. Esa jerarquía universal inevitablemente induciría a que en ciertos adecuados lugares germinasen microscópicamente una jerarquía oculta en la materia blanda, eso era inevitable que sucediese en un mundo jerárquico tendente a la evolución jerárquica sin fin. De esos principios microscópico evolutivamente surgiría una jerarquía microscópica en la materia blanda, inevitablemente enlazada con la jerarquía universal, ya que todo el universo es un inseparable orden, o llámese inseparable jerarquía. Al principio esa recién creada  jerarquía microscópica no era una jerarquía viviente, evolutiva jerárquicamente se le obligó a dividirse en individualidades energéticas materiales, pero manteniéndose siempre unida a la jerarquía universal, ya que la jerarquía universal no permite una separación jerárquica  en un universo absolutamente ordenado y compacto. O sea, de esa jerarquía microscópica que no era materia, sino energía jerárquica, energética jerárquicamente se le posibilitó la posibilidad de dividirse individualizándose energéticamente sin poder desconectarse de la jerarquía propia y de la universal. de esa energías individuales nacieron esos enlaces individuales energéticos llamados almas. 
Poco a poco, evolutivamente, esas individualidades microscópicas energéticas adquirirían más poder de decisión, poco apoco evolutivamente adoptaron un psíquico y un físico microscópico, ya eran individualidades, ya podían decidir; pero lo que nunca podían es dejar de pertenecer a la jerarquía universal. De ahí surgieron los comienzos de la jerarquía viviente enlazada psíquica energéticamente, mediante enlaces energéticos llamados almas, a la jerarquía universal. Al nacer dichas individualidades como individualidades vivientes más evolucionarían sus memorias energéticas, por consiguiente más evolucionarían sus enlaces o almas que las enlazaban jerárquicamente a la jerarquía universal, como todo el universo es una jerarquía nada podía separarse de la jerarquía universal. Poco a poco, esas individualidades jerárquicas materiales evolucionaron cada vez más hasta posibilitarse un psiquismo cada vez más evolucionado. De ahí surgió la inteligencia y los orígenes sensitivos, de ahí surgió el origen viviente sin dejar de pertenecer energéticamente a la jerarquía universal. De ahí surgió la jerarquía viviente inevitablemente enlazada a la jerarquía universal mediante las almas. De ahí surgieron los yos psíquicos individuales de cada vida, cada vez más evolucionados, que psíquica energéticamente como almas enlazaban a la vida material de cada vida con la jerarquía universal, ya que la jerarquía u orden universal es una sola e inseparable jerarquía universal. Y esto no es una imposibilidad porque el mundo es un orden, o una jerarquía, como ya he demostrado y inevitablemente todo tiende a comportarse y evolucionar conforme al orden o la jerarquía universal.
Por tanto, surgió un orden o jerarquía viviente porque tenía que surgir, ya que el orden universal no puede dejar de evolucionar como orden o jerarquía. Y eso ha obligado a que surja una jerarquía viviente, y una única especie viviente que gracias a esa evolución jerárquica sin fin ha podido desarrollar un psiquismo cada vez más evolucionado. 
O sea, el orden universal, o la jerarquía universal, se ha transformado a través de la jerarquía viviente, en una jerarquía cada vez más evolutiva, que a través de las individualidades vivientes ha posibilitado que las jerarquías psíquicas evolucionasen en inteligencia a través del ser humano. Y como todo pertenece a la jerarquía universal, mediante los enlaces energéticos psíquicos individuales, llamados almas, parte de la jerarquía universal se ha transformado en una jerarquía de almas cada vez más evolutivas, porque son infinidades las jerarquías vivientes existentes en el universo, y algunas han evolucionado muchísimo más que la nuestra porque son muchísimo más antiguas. 
Por tanto, no hay duda, existen las almas universales, o llámense seres espirituales universales, porque han evolucionado así. Y gracias a esa jerarquía de almas los seres vivos son eternos, porque al tener cada ser vivo su propia alma, a través de éstas y de sus evoluciones se pueden reencarnar de una vida a otra, ya sea de éste o de otro planeta universal que disponga de vida. Y  eso nos hace ser eterno, ya que nada puede dejar de pertenecer a una jerarquía en un universo en el que todo es un orden o jerarquía. Incluso la materia, como existencia que es, no muere nunca, se transforma o evoluciona en otro tipo de existencia, gracias a la jerarquía u orden universal.
Las vidas jerárquicamente se encarnan en vidas sucesivas a través del alma, y así se hacen eternas, porque era de la única manera de existir siempre como vida, ya que era una imposibilidad vivir eternamente en un mismo cuerpo cada vez más viejo e inservible. De esta manera existe una jerarquía viviente universal, en el que a través de la jerarquía de las almas universales, cada vida puede volver a nacer en un lugar planetario diferente al de donde vivió, porque gracias a que todo es jerarquía y a la gran evolución de las almas existe una justicia universal que cada vida debe cumplir, en el que mal con el mal se paga y el bien con el bien se paga.  Y no es una tontería, pues ni el mal ni el bien existen porque sí, todo pertenece a un orden universal.


Autor: Salvador Sánchez Melgar
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